top of page

Mis órganos no respondían adecuadamente, mis riñones, corazón y pulmones no soportaron demasiado bien aquella presión. Al día siguiente de mi llegada al mundo, mi cuerpo comenzó a convulsionar y a consecuencia de ello mi cerebro sufrió nuevamente daños. Pasé solo mas de un mes en el que el único contacto con mis padres era un ratito por las mañanas y otro por las tardes y siempre a través de un cristal hasta que por fin pude estar en brazos de mi madre.

A Papá nunca se le olvidó aquel día, pues le he oído contarme esta historia una y otra vez, mi Madre era la Mamá más feliz del mundo, por fin podía pasearme en sus brazos por el hospital. Aquella imagen de ese momento saliendo de la UCI para pasar a la habitación de planta con ellos no se nos olvidará jamás a ninguno.

Un motivo para Unirnos

bottom of page